PUERTAS AL LABERINTO de Yolanda Jiménez García
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Un día, Cortázar, cuando volvía a casa en un microbús, concibió el mito de Teseo y el Minotauro, pero al revés. En este caso, el minotauro era el ser humano libre, el poeta, el diferente, al que el sistema recluye en un psiquiátrico, en este caso, en un laberinto. Teseo, en cambio, es el defensor del orden que entra en el laberinto para hacerle el juego a Minos, el rey, con la intención de matar al poeta. Cuando conoces el secreto — concluye Cortázar— descubres que el minotauro no se ha comido a nadie, que es un ser inocente que vive con sus rehenes y que juega y danza con ellos.
Teseo, que tiene los procedimientos de un perfecto fascista, se introduce en ese mundo que no entiende y mata sin más al minotauro. A los 41 años de la desaparición de Julio Cortázar, ERAGIN ediciones, publica este libro, PUERTAS AL LABERINTO, de Yolanda Jiménez García que, de alguna manera, rinde ofrenda al maestro cronopio.
En su explicación del poemario, nos dice:
«Siete puertas que nos adentran en un laberinto o en seis más uno. Dédalo de callejas, entradas, puertas, portillos, callejones enredos de matices, de sutilidad. Algo que puede vivirse en varias dimensiones, tiempos, universos, planos, esferas, vacíos, contramundos…(...)
Puedes seguir las sugerencias que se indican o revolverte contra ellas. Un safari laberíntico que puede acabar en Cortázar, o no, zambullirte en aventuras, juegos, en la adultez de ser niño y su capacidad de asombrarse y reír, o no»
Yolanda Jiménez García, nacida en la provincia de Ávila, ahora reside en Madrid. Licenciada en Sociología, Diplomada en Trabajo Social y Máster en Terapia Gestalt. Tiene tres poemarios publicados con La Biblioteca del Laberinto: De mi cuerpo habitado, Planiverso, Contra Trocha